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21 ene 2013

Independencia y socialismo (I, II, III, IV y V)

 

 x Borroka Garaia



Desde hace décadas el MLNV teorizó que la contradicción principal a resolver y la forma que toma la lucha de clases en Euskal Herria es la liberación nacional
I

Es muy probable que en la Euskal Herria de hoy en día, el independentismo socialista esté en una coyuntura donde haya alcanzado la más grande influencia de su recorrido histórico. Esto se traduce entre otros factores en que el número de independentistas de izquierda es el mayor de la historia. No es que se haya dado un estirón formidable en los últimos tiempos pero si se podría decir que se ha asentado y ha ido creciendo desde diversas perspectivas. Al grueso histórico de la izquierda abertzale habría que sumarle un sector del nacionalismo vasco clásico más pegado al ámbito institucional que ha ido derivando hacia posturas mas sociales, rompiendo a su vez con la estrategia autonomista.

Eusko Alkartasuna es un ejemplo de ello. Esta evolución causó que los sectores más conservadores del partido renegaran de ese giro. Lo cual le costó en su día una escisión llamada Hamaika bat que tras un sonoro fracaso electoral se ha quedado sin recorrido. En Nafarroa Garaia sus restos se acoplaron a Geroa bai, que pese a que retóricamente se sitúa en el ámbito progresista, tras despejarse diversas incógnitas cada vez está más claro que se basa en una apuesta personalista de carácter nacional difuso más cercano al autonomismo que al independentismo y dificilmente catalogable como izquierda. Siendo básicamente un proyecto soterrado del PNV en ese herrialde.

Por otra parte Aralar, escisión de la izquierda abertzale. En su día se fue nutriendo al calor de las ilegalizaciones y raspando de desencantados del nacionalismo vasco clásico. Actualmente sufre un proceso embrionario de escisión, realmente con pocas probabilidades de éxito, impulsado por figuras institucionales reaccias a la conformación y crecimiento del independentismo de izquierda unitario. Con escasas posibilidades de crear un espacio político nuevo debido a que el PNV ocupa ese lugar. El devenir político ha obligado en cierta manera a que Aralar haya decidido situarse en el espacio independentista de izquierda dando la espalda a posibles aventuras tipo Geroa Bai en la CAV. Este proceso tiene similitudes con el de Eusko Alkartasuna en relación a que un sector de este partido se ha desatendido también de ese esfuerzo unitario y no se encuentra lo suficientemente cómodo en variables independentistas de izquierda.
Otro de los sectores que ha tenido un acercamiento es el representado por Alternatiba. Este caso resulta interesante porque no procede del ámbito abertzale clásico, sino de una izquierda con cierto bagaje estatalista. La apuesta soberanista de Alternatiba abre un espacio de evolución política que tiene mucha potencialidad para conectar a muchas personas en clave nacional vasca.
En Ipar Euskal Herria el independentismo de izquierda principalmente se ha estructurado entorno a AB y Batasuna. Apuestas como Euskal Herria Bai han sido centro de acumulación de fuerzas, creando un referente y poniendo al alza el independentismo de izquierda a nivel social.

A todo esto hay que añadir que a lo largo del tiempo el comunismo y el anarquismo sucursalista en Euskal Herria ha ido perdiendo peso progresivamente. Y no solo eso, sino que gran parte de esos sectores se han visto obligados a usar aunque sea de forma retórica la clave nacional vasca como forma de enganche ante la imposibilidad de que cuaje el españolismo en la clase trabajadora vasca anti-capitalista. También han surgido grupos que se han alejado del sucursalismo para de una manera transparente y honesta trabajar en Euskal Herria como marco autónomo de la lucha de clases.

Todos estos factores; Evolución hacia la socialdemocracia de un sector del nacionalismo vasco institucional, evolución hacia el soberanismo de un sector de la izquierda estatalista, anulación parcial del sucursalismo español anti-capitalista… unido a la construcción nacional y social de Euskal Herria y al duro trabajo del MLNV en todas estas décadas hace que la fotografía del independentismo socialista de este país sea como se afirmaba al principio a día de hoy numéricamente mayor que nunca y que a su vez tenga la mayor influencia de su historia.

Esta izquierda, que abarca desde la socialdemocracia hasta la izquierda radical, socialista, libertaria y comunista aún con su pluralidad, contradicciones y diferentes bagajes se convierte en el bloque popular necesario para que el independentismo socialista, la izquierda abertzale, el pueblo abertzale de izquierda vaya encauzando el proyecto de independencia nacional y socialismo para Euskal Herria.

El sujeto motor para el cambio está claro. Pese a que tenga una traducción electoral no será simplemente a través de elecciones en este contexto como se dará forma al proyecto de independencia y socialismo, proyecto directamente que está perseguido y prohibido por la propia ley. Por lo tanto la pregunta clave es: ¿Cuáles son las vías y caminos posibles para la independencia y el socialismo?. Pregunta que se intentará responder en los siguientes artículos de esta serie.

II

En el anterior artículo de esta serie nos hacíamos a modo de conclusión la siguiente pregunta: ¿Cuáles son las vías y caminos posibles para la independencia y el socialismo?. No es una pregunta sencilla, o mejor dicho, es una pregunta sencilla que no tiene una respuesta fácil. Y no tiene una respuesta fácil por dos factores; uno externo y otro interno.

El externo corresponde a las propias imposiciones políticas de los estados español y francés, construidos para no dejar resquicio a que procesos independentistas puedan llevarse a cabo democráticamente. Es decir, la construcción legal de esos estados no reconoce la existencia de la nación vasca y por lo tanto no hay una sola vía legal para que se aplique el derecho de autodeterminación. Al estar secuestrada la soberanía de los vascos en los estados español y francés, es la voluntad de los españoles y franceses dirigidos por sus poderes fácticos la que se impone. Y es completa ciencia-ficción que esos estados permitan un proceso independentista vasco. Todo lo contrario, es razón de estado(s) el poner todos los impedimentos posibles y combatir con todos los medios necesarios en cada coyuntura al independentismo. Y no solo eso, sino que existe una estrategia de deconstrucción nacional que intenta asimilar al pueblo vasco en los baremos españoles y franceses socavando los pilares que posibilitan la existencia del propio pueblo vasco.

De hecho existe una configuración sistémica que por una parte niega la existencia del pueblo vasco, por otra parte lo combate y mediante la imposición política impone un marco político y territorial. Todo ello en una estrategia globlal con múltiples frentes y que no tiene complejos a la hora de emplear la amenaza y la violencia. Asimismo estos estados mantienen un férreo ligazón con el capitalismo e imperialismo internacional haciendoles sumisos de intereses externos a sus propios estados y por otra parte esquilmando y acumulando riqueza lo máximo posible de “su” clase trabajadora. Esto trae consigo la doble opresión en el caso de Euskal Herria; la nacional y la social que están intimamente relacionadas. Ya que la liberación nacional es el eje principal donde toma forma la lucha de clases en Euskal Herria. Siendo Euskal Herria “una propiedad privada” de los estados y por tanto su soberanía nacional la “colectivización” de Euskal Herria para su pueblo, o lo que es lo mismo; la independencia y el socialismo.

El factor interno correspondería a la correlación de fuerzas existentes en el seno del pueblo vasco. Los requisitos para un proceso independentista y socialista pasan por fuerza por la existencia de una amplia mayoría del pueblo que defienda el proyecto independentista y socialista. Para que ese proyecto se pueda vehiculizar por tanto es necesario en primer lugar la herramienta que lo posibilite. Y esa herramienta no es otra más que el derecho de autodeterminación que como se ha comentado antes está plenamente negado. En segundo lugar es que el pueblo que usa esa herramienta lo haga en el sentido requerido. Otro apartado no menos importante es que exista un motor de todo este proceso, un sujeto que lo dinamice. Un bloque popular que es de lo que se trataba en el primer artículo de esta serie.

En la Euskal Herria de hoy en día si bien hay una mayoría holgada que defiente el derecho de autodeterminación y una más que probable mayoría independentista aunque ajustada pero creciendo, el proyecto socialista es harina de otro costal. Si bien Euskal Herria es una de las sociedades más avanzadas ideológicamente de su entorno (no se alinea con la OTAN por poner un ejemplo, movimiento popular inédito en Europa por poner otro…), un proceso socialista requiere un recorrido que en el caso de los pueblos bajo opresión nacional difiere a los estados ya consolidados.

Por lo tanto dentro de los factores internos que inciden en un proceso independentista y socialista estarían; la correlación de fuerzas entre independentistas / unionistas, la correlación de fuerza entre izquierda /derecha, la correlación de fuerzas entre socialistas revolucionarios / izquierda, la tensión permanente entre Oligarquía / burguesía / clase trabajadora y la desanexión territorial y sus contextos y ritmos diferentes: Euskal Herria norte / Euskal Herria sur, CAV /CFN etc..

Una vez hecho este pequeño repaso de algunos condicionantes externos e internos, en otros artículos de esta serie iremos profundizando desde una perspectiva histórica en diversos procesos independentistas que se han realizado en el mundo y sus potencialidades para Euskal Herria y haciendo un pequeño resumen de las estrategias de liberación nacional vasca aplicadas hasta hoy intentando sintetizar todos los condicionantes existentes para poder superarlos.

III

En el primer artículo de esta serie se hacía un breve análisis de la configuración del bloque popular necesario para que el independentismo socialista, la izquierda abertzale, el pueblo abertzale de izquierda vaya encauzando el proyecto de independencia nacional y socialismo para Euskal Herria. En el segundo se entraba en los nudos y dificultades que imposibilitan a nuestro pueblo acceder a cotas de soberanía nacional y los factores externos e internos que inciden en ello.

Una de las dudas que podría surgir, y en determinadas etapas históricas así lo ha hecho, es el orden de los factores. ¿Debe y puede llegar la independencia antes que el socialismo?, ¿Es imprescindible una estrategia socialista para alcanzar la independencia?. ¿No vale para nada la independencia sin socialismo?.

Si hacemos caso de la experiencia histórica, no han existido procesos en el mundo donde una revolución socialista clásica exclusivamente haya servido de palanca para la liberación nacional. Los procesos de des-colonización e independencia en la inmensa mayoría de los casos han sido producto de alianzas populares e interclasistas aunque encabezadas por la clase trabajadora en mayor o menor medida ideologizada. No hay más que echar un vistazo a la propia historia de los estados español y francés, y a las decenas de naciones que se han independizado de ellos. De esa experiencia histórica se saca la conclusión de que las necesidades de un proceso independentista difieren en parte a las necesidades de un proceso socialista. Especialmente en su sujeto motor y en la política de alianzas.

Desde esta perspectiva se hace claro que el debate sobre el orden de llegada de la independencia y el socialismo es inexistente y solo puede ser entendido desde una perspectiva estatal extranjera que intenta convencer a las naciones oprimidas que abandonen sus perfiles nacionales y su marco autónomo de lucha de clases y que luchen subordinadamente por el socialismo en el estado opresor para que posteriormente ese estado convertido en socialista inicie un proceso de liberación nacional. En los casos de los estados español y francés es obviamente ciencia-ficción y realmente lo que esconden estas propuestas retóricas, en la mayoría de los casos es una nula receptividad al hecho nacional vasco, un análisis altamente defectuoso de la realidad vasca y su desarrollo histórico cuando no dirigismo y sucursalismo. En realidad desde una perspectiva revolucionaria la apuesta de la clase trabajadora del estado opresor no puede ser otra más que el apoyo al proceso independentista desde el primer instante y a la vez que esto sea entendido como un factor positivo en el proceso socialista de su estado.

Un proceso socialista, el cual requiere unas posiciones avanzadas de la clase trabajadora, necesita por fuerza de mecanismos mínimos y bases en las cuales construir el Estado socialista. Esa herramienta en el caso vasco esta muy bien delimitada y no es otra más que el derecho de autodeterminación y que sea aplicado en el sentido independentista. Efectivamente, para construir un Estado socialista se necesita en primera instancia un Estado.

Es por ello que ya desde hace décadas el MLNV teorizó que la contradicción principal a resolver y la forma que toma la lucha de clases en Euskal Herria es la liberación nacional.

¿Significa esto que se apueste por un estado capitalista?. ¿Significa que no sea necesario un proceso socialista hasta conseguida la independencia?.

Evidentemente no. Tanto el proceso independentista como el proceso socialista son las dos caras de la moneda del proyecto de la izquierda abertzale y además necesarias en el proceso de liberación nacional. No se alcanzará la independencia si el proceso socialista no genera ciertas condiciones necesarias debido a la naturaleza capitalista de los estados español y francés junto con los lazos que tiene con la oligarquía vasca y capas de la burguesía autóctona. Eso hace que el avance hacia el Estado vasco tiene que tener el motor construido desde abajo y la izquierda, de lo contrario no se aceleran las contradicciones de cara a una ruptura.

Por lo tanto, de cara al proyecto independentista y socialista en Euskal Herria son necesarias tanto la estrategia nacional como la socialista. Entendiendo que la meta es el Estado socialista y que la primera etapa en ese camino es la derrota de la opresión nacional. Lo cual acarrea unas necesidades y peculiaridades tácticas y estratégicas que no son plenamente coincidentes con las peculiaridades tácticas y estratégicas necesarias para dar el salto del Estado vasco al Estado socialista vasco. Pero, y ahí está la clave, estas estrategias pese a no ser coincidentes son complementarias y se pueden alimentar la una a la otra. Es por ello que la lucha por la independencia y el socialismo son y deben ser caminos de un mismo carril y llevarse paralelamente en todo momento al no existir contradicción entre liberación nacional y liberación social. Ya que esa liberación nacional necesita de la erosión de la influencia del capital altamente ligado a la burguesía vasco-española y vasco-francesa y sus intereses de clase alejados de los intereses nacionales vascos. Caída la opresión nacional, y dadas las condiciones políticas y sociales que requiere, se producirá paulatinamente una re-configuración de los sujetos y de la relación de fuerzas existentes donde se iniciará una nueva batalla crítica en la que muchos movimientos han cedido el poder a sectores del capital, de ahí la expresión de No vale de nada la independencia sin socialismo pero realmente no habrá socialismo sin independencia y eso a su vez también es un recordatorio de la necesidad de activar desde ahora un proceso socialista de la misma manera que existe uno independentista, ya que alcanzado el objetivo estratégico de la independencia, esta soberanía nacional no será plena tampoco sin socialismo.

Una vez asentado el terreno de juego y el orden de los factores, en los siguientes artículos de esta serie iremos entrando ya en posibles respuestas a la pregunta central del debate: ¿Cuáles son las vías y caminos posibles para la independencia y el socialismo?.

IV

En los tres primeros artículos de esta serie se hacía un análisis sobre la configuración política del bloque popular necesario para que el independentismo socialista, la izquierda abertzale, el pueblo abertzale de izquierda vaya encauzando el proyecto de independencia nacional y socialista para Euskal Herria. También se detallaban los nudos y dificultades que imposibilitan a nuestro pueblo acceder a cotas de soberanía y los factores externos e internos que inciden en ello. De la misma manera, se entraba en la lucha complementaria de liberación nacional y social y como puede repercutir en los tiempos de cara a la consecución de los diferentes objetivos. ¿Sobre qué terreno estamos jugando?
En los diversos procesos independentistas que se han realizado a lo largo y ancho del mundo cabría hacer una diferenciación fundamental.

 Los pueblos que se han independizado sin oposición del antiguo estado, ya sea aplicando autodeterminación u otra serie de acuerdos y negociaciones. En esos casos ya sea porque el estado no ve objeción o porque no puede o no quiere evitarlo, no existe conflicto nacional intenso y relativamente sin problemas se han llevado a cabo estas emancipaciones. El otro caso ocurre cuando el estado o estados implicados se niegan en redondo a que una nación bajo su mandato se haga soberana. Cosa que suele ocurrir en muchas ocasiones y es precisamente nuestro caso y el de nuestro contexto internacional más cercano. Todas las naciones bajo opresión española y francesa: Bretaña, Corcega, Països Catalans, etc…

En el caso de que el estado se niegue a respetar la soberanía de una nación, la inmensa mayoría de las independencias, por no decir casi todas, han venido a través de la lucha armada. Ni siquiera en el caso de la India, ejemplo que se suele poner de lucha pacífica independentista contra el imperio británico, ésta fue usada exclusivamente ya que existían grupos armados paralelamente. En todas las naciones que se han independizado de España o Francia, el factor militar de una manera u otra ha estado presente.

Sin salirnos de Europa, Irlanda del Sur alcanzó la independencia tras un proceso que se inició tras un levantamiento armado e Irlanda del Norte accedió a la autodeterminación gracias a la lucha armada. Este hecho propició directamente que cayeran los posibles impedimentos para Escocia. En otros lugares de Europa existen procesos consensuados como es el caso de Groenlandia donde el 75% de los votantes de la segunda mayor isla del mundo aprobaron una reforma de su estatuto de autonomía que les concede la autodeterminación.

Obviamente en Euskal Herria es totalmente descartable un consenso con los estados español y francés debido a su falta de voluntad democrática de cara a respetar los derechos nacionales. La situación de opresión nacional es histórica y de una gran intensidad represiva de carácter fascista llevando a nuestro pueblo a un estado de excepción encubierto a nivel internacional.

Esa es la realidad con la que contamos, dos estados no democráticos, no solo con ningún interés de respetar la voluntad nacional vasca sino que pro-activamente manteniendo una línea estratégica violenta y de destrucción nacional vasca. Estrategia de liberación

Hace algo más de tres décadas, el nacionalismo vasco tomó diferentes rumbos y rutas incapaces de consensuar una estrategia independentista. En el Hotel Txiberta de Angelu se juntaron representantes de ETA (m), ETA (pm), PNV, EAE-ANV, ESB, EKA, ES, ESEI, KAS (EIA, LAIA, EHAS …), el Grupo de Alcaldes de Bergara…

En el recorrido posterior de ETA (pm) – EIA se abandonó el objetivo independentista para caer en las fauces del PSOE.

El PNV adoptaría una estrategía autonomista dejando de lado la independencia. En Lizarra-garazi se produjo otro intento, pero el PNV se echó atrás debido a intereses partidistas, para volver a retomar en apariencias con el plan fantasma de Ibarretxe una apuesta por la autodeterminación que era vacía y sin ningún ánimo de confrontación como posteriormente se pudo constatar. A día de hoy, el PNV se encuentra comandado una vez más por el autonomismo radical no independentista.

De esta manera, la izquierda abertzale y ETA durante décadas fueron los únicos sectores que han puesto encima de la mesa una estrategia independentista y socialista.

ETA, a través de la lucha armada quería forzar una negociación que diera solución al conflicto para lo cual apostaba por un acuerdo democrático donde se respetara la autodeterminación. Y mediante la autodeterminación encauzar la independencia y el socialismo. Se dieron procesos negociadores en diferentes ocasiones pero ninguno llegó a consolidarse.

Como todos sabemos, recientemente ETA dio por terminada su actividad armada, abriendo una nueva fase sin apenas precedentes donde la estrategia independentista y socialista se encuentran en una encrucijada difusa y poco definida donde tampoco existe, en baremos parecidos de opresión, ni en condiciones similares de resistencia o falta de ella, ni un solo ejemplo histórico de proceso independentista con éxito.

Finalmente, entramos ya en la pregunta clave que se tratará en los siguientes artículos de esta serie: ¿Cuáles son las vías, caminos y posibilidades que tenemos para la consecución de la independencia y el socialismo en el actual contexto y con lo que hay encima de la mesa?.

V

independencia-socialismo-euskal-herria¿Cuáles son las vías, caminos y posibilidades que tenemos para la consecución de la independencia y el socialismo en el actual contexto y con lo que hay encima de la mesa?.

Esta es la pregunta del millón. De entrada habría que constatar que las posibilidades no son muy altas de no cambiar las tornas y producirse algún nuevo punto de inflexión determinante y que las vías o caminos en este contexto se han visto reducidos por auto-elección. La prueba reside en que estas cuestiones apenas existen en el debate político actual vasco habiéndose cambiado por un debate sobre la resolución del conflicto y la paz tomando centralidad absoluta y por lo tanto construyendo la casa por el tejado y colocando el proceso de liberación en una situación resistencialista y dependiente.

A mi entender, solo mediante la intensificación del conflicto se podrá crear una ruptura democrática debido a los nudos y dificultades que imposibilitan a nuestro pueblo acceder a cotas de soberanía y los factores externos e internos que inciden en ello. El no hacerlo de esta manera progresivamente hará cambiar la pregunta de ¿Cómo nos vamos a liberar? Por un análisis ombliguista cuando no partidista de ¿Estamos mejor o peor? (como movimiento, electoralmente, etc…).

Lejos de haber llegado a un tiempo de soluciones que está aún por llegar, la única ecuación que puede dar sentido a las potencialidades y logros que se han conseguido en décadas de dura lucha es precisamente la que la lucha pueda generar en el futuro. Todo lo demás serán elementos accesorios. Esa ecuación es lucha = solución.

El desarrollo del cambio estratégico de la izquierda abertzale está probablemente variando el eje histórico de lo que hasta hace nada era entendido como la filosofía base de como se producen los cambios. El motor de cambio ha pasado a ser las soluciones y las soluciones han dejado de ser el resultado de la lucha. Este desajuste tendrá que ser ajustado en algún momento dado porque no va a llegar ninguna solución sin inestabilidad previa, y de lograrse una normalidad democrática en plena opresión nacional y social sería el fin de las posibilidades hasta que llegue una nueva generación.

Una constante histórica que no se puede obviar: El capital jamás hace algo en contra de sus privilegios e intereses si no se ve forzado a ello. Sino se le es arrebatado y recuperado.

En Euskal Herria la clase dominante y minoritaria es la capitalista, a su vez dos estados capitalistas son los que ejercen la opresión nacional, el español y el francés. Solo mediante una ruptura se puede dejar atrás la opresión nacional debido al carácter y esencia de los estados que nos someten, en ningún caso democráticos. La construcción del socialismo tiene exactos parámetros.

Dicho esto, vayamos a la respuesta directa a la pregunta que se hacía al principio del post. Vía democrática (burguesa)

Aceptar en la práctica que los estados español y francés son democráticos y mediante la vía del convencimiento social y la “lucha ideológica”, a través de las instituciones burguesas de los estados en algún momento dado esa realidad se hará patente y provocará el cambio de parecer en los estados permitiendo lo que la realidad social ha consolidado a modo de desarrollo “espontáneo”. Como si la subjetividad de un pueblo se hiciera realidad objetiva lentamente.

Probabilidades: Ninguna. Pura anti-dialéctica que contradice toda la historia de los pueblos oprimidos pese a que la lucha ideológica y el convencimiento social sean factores importantes, aunque nunca desgajados de procesos de lucha si realmente quieren incidir. Vía autonómica progresiva (legal)

Mejorar paulatinamente la autonomía dentro de la legalidad en un proceso parecido al planteado histórica y actualmente por el PNV. Plantear saltos como el de unificación autonómica de Hegoalde y creación de estructura “autonómica” en Ipar Euskal Herria. A partir de esa base consensuar la autodeterminación con los estados.

Probabilidades: Todos los estatutos autonómicos que caminen supuestamente en ese sentido han sido ya rechazados en Madrid (hasta los suaves estatut catalán, y el nuevo estatuto vasco fueron laminados) y en París no quieren oír hablar de estructura institucional. Lo cual abré por fuerza una fase de confrontación dejando atrás la vía autonómica progresiva. Vía española / francesa

Incidir en un cambio de sistema, a poder ser socialista, en los estados español y francés, que respete la autodeterminación de las naciones bajo su seno. Por lo tanto, una vez cambiados los estados, la opresión nacional desaparecerá.

Probabilidades: Ciencia-ficción. El nacionalismo reaccionario español y francés es radicalmente hegemónico y ni siquiera gran parte de las izquierdas revolucionarias, muy minoritarias en los estados, entienden en toda su extensión la opresión nacional, salvo honrosas excepciones. Suele ser una excusa del sucursalismo españolista para no hacer frente a la opresión nacional. Vía constitucional negociada

Cambios parciales en las constituciones española y francesa que hagan sitio al derecho de autodeterminación.

Probabilidades: Es la vía que promueven que acepte el independentismo sobre todo desde el nacionalismo español sabedores de la nula voluntad de los estados para modificar las constituciones en relación a las libertades nacionales y por tanto enquistando el proceso de liberación y dejándolo en manos de los estados para siempre. Declaración unilateral

Promover un proceso de independencia sin mirar a los estados ni pedir su permiso. Aplicar la autodeterminación por la vía de los hechos. Ya sea desde las instituciones autonómicas convirtiéndolas en nacionales o desde instituciones propias ajenas al entramado extranjero.

Probabilidades: Es una vía con posibilidades pero que necesariamente necesita un nivel de organización y determinación muy elevado que tendría por una parte que resistir a los embates de los estados y plantear desde ya mismo una preparación concisa y acumulación necesaria. Sería en definitiva un proceso a construir con sus etapas y preliminares. Confrontación-represión-confrontación
Básicamente sería la misma vía usada históricamente por el MLNV en diversas etapas solo que sustituyendo las herramientas de confrontación clásicas por un proceso en espiral de desobediencia e insumisión hasta hacer inestable la ocupación extranjera forzando una ruptura negociada o siendo el preliminar de una declaración unilateral.

Probabilidades: Es una vía con posibilidades pero requiere un nivel de lucha de alto voltaje y una preparación teórica y práctica en cuanto a las herramientas que a día de hoy no se ha hecho en toda su extensión.

Nota final

Estas son algunas de las vías generales, (aunque algunas se pueden combinar), en el actual contexto y sin entrar en otras que también existen, que pueden servir para desatar el núcleo de la opresión nacional ,que es la forma que toma la lucha de clases en Euskal Herria. Obviamente todo proceso debe contar paralelamente con un proceso de construcción nacional y social, con una lucha por la hegemonía más gramsciana que burguesa y pegada a la realidad vasca, con una unidad de fuerzas importante( también en lo nacional, y en derechos democráticos mínimos) , con una doble vía de lucha nacional y socialista coordinada y con un proyecto integral de liberación con especial importancia de la lucha de clases para acelerar las contradicciones y todo unido a un gran esfuerzo movilizador.

Inestabilidad, subversión, aumento de masa crítica, aumento electoral, intensificación de dinámicas del movimiento popular… son algunos de los elementos necesarios de cara a la ruptura. Y es que en resumen se podría decir que no hay ninguna vía factible que no pase por una ruptura, y por consiguiente por una revolución.
Alguno puede alegar que una revolución es un término “trasnochado” pero teniendo en cuenta que el objetivo estratégico que nos interesa es el estado socialista vasco independiente, que no existen vías democráticas de superación de la opresión nacional, que la independencia y el socialismo son el antagonismo de la opresión nacional y social, que solo mediante la ruptura se quebrará la opresión nacional y que solo mediante la subordinación de la clase capitalista se alcanzará el socialismo.. echemos cuentas si la revolución es mito o realidad necesaria.

Una de las diferencias de lo revolucionario con el reformismo reside en que el reformista tiene como techo estratégico y táctico el proceso del presente para modificarlo gradual o pragmáticamente entrando en una visión de embudo que le impide mirar más allá. Los cambios en el proceso del presente para el reformista no estarían dentro de un recorrido que haga generar las condiciones de esa ruptura radical sino que sería como subir pequeños escalones indefinidamente creyendo que de esta manera en algún momento dado se llegará a algún tipo de meta y contradiciendo por tanto a toda la historia de la clase obrera y de los pueblos.

Pero… ¿Qué es la revolución?. En su sentido amplio es un cambio o transformación radical y profunda respecto al pasado inmediato. ¿Qué significa todo esto?. El pasado inmediato a la revolución sería el presente, este mismo “instante” entendido como un proceso que también está en movimiento. Lo analizable para un revolucionario por tanto es si está en el camino a la revolución creando las condiciones necesarias para crear una ruptura radical o no lo está. Un cambio profundo adecuado a la realidad vasca y desde la realidad vasca. Y en esas estamos.

Lo que si tengo claro es que el camino se hace al andar y que las condiciones surgen en la lucha. Y en esa lucha es donde se pueden crear condiciones que en apariencia ahora pueden parecer algo lejanas. En cualquier caso el debate sobre las vías a la independencia y el socialismo nunca queda cerrado hasta que se consiguen los objetivos y habrá que seguir profundizando y no olvidando tampoco las oportunidades que van surgiendo como no dejar escapar estructuras de oportunidad política. El proceso catalán es un ejemplo que no deberíamos olvidar sino aprovechar la inestabilidad estatal que supuestamente pueda causar, y la crisis sistémica también abre una puerta a la revuelta si hay voluntad de ello.